7/4/12
CHOCOLATE VENEZOLANO EN MANHATTAN
En la calle 17 con Broadway, la "hermana" neoyorquina de St. Honoré dispone de 180 fabulosos metros
Los hermanos Ronald y Morris Harrar han llegado a Nueva York para comerse la Gran Manzana. Con ellos traen ocho años de aprendizaje en St. Honoré, la famosa pastelería de Caracas, que ahora pondrán en práctica en su nueva aventura americana
La han llamado Tisserie y la acaban de inaugurar en la vibrante Union Square, una de las plazas más transitadas de Manhattan, pisada por un millón de personas al día. Concretamente en la calle 17 con Broadway, donde encontraron la esquina perfecta para poner en marcha este concepto que mezcla la pastelería de vanguardia, la panadería artesanal y excelentes materias primas en sus sándwiches, ensaladas y sopas.
Con ellos traen también el irresistible chocolate y el café de Venezuela. Y claro, sus 26 tipos de pan y los pastelillos que les han hecho célebres en su país: el ojo de tigre, las tejas, los macarrones, así como los diamantes de chocolate y vainilla. 180 metros cuadrados.
Tisserie abrió sus puertas el 29 de junio en un local de dos plantas, con 180 metros cuadrados de tienda, 100 de mezzanina (32 sillas) y 120 de producción en el sótano. Es el resultado de un año dedicado por completo a buscar el mejor espacio para su negocio. "Queríamos una esquina con mucho movimiento y que permitiera cocinar", explica Ronald. Finalmente se decidieron por unir un antiguo deli y un laboratorio de fotografía y contrataron al grupo Rockwell para transformarlos en una pastelería donde todo está hecho a medida, desde las estanterías hasta la barra circular del café, la lámpara de cristal de Murano o las modernas pantallas planas que muestran los menús. "Hemos trabajado con los arquitectos del restaurante Nobu, los hoteles W y el Kodak Theater de Los Angeles donde se entrega el Oscar", comentan.
También el diseño de la cocina lleva una conocida firma: la de Jimi Yui, responsable de los exclusivos restaurantes Il Posto de Mario Batali y Morimoto.
Proyecto anhelado
"Tisserie es como St. Honoré pero con un toque de modernidad y sofisticación porque ha pasado casi una década y hemos evolucionado", dice Ronald, que lleva siete años en Nueva York haciendo pasantías en Starbucks, The Palm y Public. Su hermano se mudó hace tres, cuando empezaron a acariciar la idea de la expansión, dejando a sus padres al frente del negocio en Caracas. Hoy tienen 50 empleados en la ciudad de los rascacielos: la mitad en la tienda, la otra mitad en cocina, dirigida por sus dos mejores empleados de Venezuela, Carlos y William, además de David, el chef. "Nuestras obsesiones son la calidad y la limpieza, que el cliente tenga una buena experiencia y quiera volver". Y lo están consiguiendo. "De ayer a hoy se han duplicado las ventas", anuncian, convencidos de que empieza a funcionar el boca a boca y las reseñas en prensa. Tisserie ya ha aparecido en The New York Times, Time Out y la web Daily Candy, y esta semana se podrá leer en la revista New York. Los Harrar quieren seducir a clientes de todas las edades y aseguran que se decidieron por Manhattan frente a otras opciones como Madrid, Miami o Los Angeles porque "los neoyorquinos hacen las tres comidas fuera de casa y pagan por los productos de calidad". El nombre también tiene su historia. Es un juego con la palabra francesa patisserie, pero para conseguirlo contrataron a un "name consultant". "St. Honoré ya estaba registrado por dos empresas en Estados Unidos, así que el consultor, el mismo que ha creado los nombres de Prozac y Cingular, nos ofreció alternativas que estaban libres y ésta era la que mejor funcionaba". Agradecidos de su éxito en Venezuela, su próximo objetivo pasa por otra palabra: "innovación".
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http://yosoyvenezolano.com/noticias/casos-de-exito/1563-manhattan-sabe-a-chocolate-venezolano.html
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